Muchos conductores creen que pueden calcular el consumo de su vehículo basándose en ciertas pruebas por carretera pero lo cierto es que no es tan fácil. De hecho, puede resultar curioso pero, la mejor forma de calcular el consumo de combustible es atendiendo a las pruebas de emisiones contaminantes de gases, reguladas por la normativa 98/69/EC de 1998 y que afecta a nivel europeo.
Prueba de consumo a través de emisiones
Básicamente nos interesa el ciclo denominado New European Driving Cycle o NEDC (Nuevo Ciclo de Conducción Europeo). A través de esta medida podremos saber la circulación media diaria de un vehículo en Europa.
Cómo interpretar el NEDC
Este índice se calcula en base a dos apartados: circulación urbana (utilizando el coche tras pasar la noche parado y conduciendo en hora punta mediante la repetición de 4 ciclos iguales) y circulación extra-urbana (sin pasar de los 120 Km/h.) Sin embargo, las pruebas no se realizan en carretera sino que se hace sobre un banco de rodillos estático a partir del que se pueden obtener los resultados más precisos.
Pues bien, ya sabemos cómo se hace la prueba para medir las emisiones contaminantes de gases de un vehículo pero, ¿qué se mide exactamente? Monóxido y dióxido de carbono, hidrocarburos, óxido de nitrógeno y partículas varias.
En base a la composición, cantidades y tipos de gases que se han obtenido mediante la prueba se puede realizar un cálculo teórico que nos ayudará a determinar el consumo estimado del vehículo. De hecho, como la prueba se ssubdivide en dos partes podemos calcular el consumo en ciclo urbano, en ciclo extra-urbano o el consumo total teniendo en cuenta ambas variables.
Sin embargo, se debe tener en cuenta que se trata de un cálculo teórico y nunca real. Por mucho que podamos aproximarnos al consumo de combustible medio será difícil acertar de forma exacta dado que ni siquiera los datos que nos dan los fabricantes llegan a ser 100% exactos.